La no-empresa de elearning

La estructura empresarial basada en equipos permanentes organizados bajo jerarquías más o menos estáticas en espacios presenciales no encaja en el negocio digital.

¿Por qué?

Porque cada vez menos, el conocimiento proviene de una plantilla fija que destina un porcentaje alto de su tiempo a mantener su puesto dentro de la empresa, y no a su formación continua, a la investigación de tendencias o a la propuesta de nuevas formas de hacer para abordar nuevos proyectos, clientes o espacios de mercado.

¿Por qué?

Por la tan natural ley del mínimo esfuerzo. Si no existe ningún aliciente para continuar formándose y sí lo hay para no formarse (no admitir lagunas frente al resto de la plantilla y no salir de su zona de confort, por ejemplo), tu plantilla permanecerá estanca.

Si nada cambia esta situación, tendrás que empezar a buscar fuera lo que no tienes dentro de tu empresa. Los proveedores externos o freelancers pueden responder a los requerimientos de clientes puntuales, pero ¿puedes permitirte el lujo de tener dos plantillas, una interna que no te permite dar respuesta a tus clientes y otra externa que sí?

Tu competencia, esas startups que no dejan de surgir como setas, están tirando los precios de mercado, porque nacen sin estructuras fijas ni locales que mantener.

Si no puedes pedir al cliente un precio poco competitivo que te permita financiar una “doble” plantilla, la primera tentación para continuar es bajar el margen de tu proveedor externo.

Y aquí te enfrentas a un nuevo problema, que los anglosajones resumen muy bien en la siguiente frase:

If you pay peanuts, you get monkeys.

Sólo los proveedores de bajo nivel aceptarán precios muy bajos. ¿No habíamos dicho que para eso ya tenías a tu plantilla interna? (la que no se actualiza, la que gestiona su tiempo en simular que trabaja, en hacer política de pasillo, en resolver lo innecesario para aparentar que es imprescindible).

Si has llegado a verte en esta situación, puede que tu gestión sea parte del problema (ya que has alcanzado el mismo resultado por dos vías diferentes).

¿Cómo resolver esto?

Mantener una plantilla fija sin actualizar durante años en una empresa tecnológica equivale a seguir usando el mismo móvil que tenías hace diez años.

¿Puede tu plantilla actual aprender y cubrir todos los requerimientos del mercado? Algunas personas estarán más predispuestas que otras, y no todas serán capaces de reciclarse con la rapidez necesaria.

Recicla lo reciclable (el coste de la formación de tu plantilla no es un gasto, es una inversión necesaria para mantener y captar clientes).

Reubica lo obsoleto: procura evitar que una plantilla ajena a las tendencias del mercado dirija a proveedores mejor preparados. Tu personal interno empleará su tiempo en intentar demostrar su valía, en dejar huella en los proyectos, y acabará haciendo invertir un tiempo excesivo en resolver lo superfluo sólo para “hacerse notar”.

Prescinde de lo innecesario: Si tienes a personal externo capaz de autogestionar su trabajo, no necesitas un gestor. Reconvierte esta figura en un locutor único con el cliente. Su misión será la de recopilar toda la información sobre la marcha del proyecto para realizar resúmenes semanales tanto internos como dirigidos al cliente, resolver posibles dudas sobre el procedimiento general y encargarse de trasladar incidencias a quien pueda resolverlas.

Si sabe menos que los ejecutores sobre las técnicas empleadas, no forma parte del equipo de trabajo que da solución a los requerimientos del cliente y no conoce a fondo el producto en ejecución, pretender que asuma responsabilidades o algún tipo de mando sobre este trabajo es lo mismo que darle un par de pistolas a un mono y esperar que todo salga bien. Recuerda: interlocutar no implica mandar ni decidir, sólo trasladar información de un sitio a otro con éxito.

Y aquí surge la no-empresa de elearning: una plantilla fija mínima en constante formación y rotación de puestos, un grupo de proveedores externos flotante y experto en función de los requerimientos del mercado, autogestionado y responsable de la calidad de su producto, y un foco como empresa en la captación e intermediación eficaz con el cliente.

Crea una buena fuerza de ventas que interlocute con el cliente durante todo el proceso de producción (aprenderá a vender lo que se puede producir y a identificar y solicitar perfiles preparados capaces de responder a lo ya vendido).

Externaliza pesos muertos como la gestión legal y financiera de tu empresa y huye del personal que sólo desea gestionar equipos presenciales para mantener su influencia y su cuota de poder en la plantilla interna.

¿Te ves capaz de liderar una no-empresa? Si no lo ves claro, comienza con tu propio reciclaje y actualización como nuevo gestor. ¡Necesitas reinventarte!

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